El doble juego de las cotizaciones para los autónomos

En el límite del tiempo establecido, el gobierno ha remitido a Bruselas el plan presupuestario para 2021, que será la base de los Presupuestos si es que alguna vez son aprobados y llevados al Congreso. El marco en que se moverán las cuentas públicas es terrorífico, con un déficit como jamás ha visto este país y una deuda que tardaremos en reducir varias décadas, si es que logra reducirse.
Nadie puede pensar que estas cifras no le afectan, porque en el documento remitido a la Comisión Europea hay motivos suficientes para que los ciudadanos entiendan el cambio que se avecina en sus bolsillos: pagar más impuestos, más paro, menos oportunidades para su futuro.
Si el enfoque de este adelanto de medidas económicas tiene un claro componente ideológico, cómo será el proyecto presupuestario cuando lo conozcamos en su totalidad. Porque relacionar la subida fiscal de las bebidas azucaradas (un IVA reducido que pasa al tipo general) con la conveniencia de proteger la salud de los consumidores, o imponer un impuesto al plástico para preservar el entorno medioambiental, son formas muy comunes de manejar la vida de los ciudadanos desde el Estado… sableando su economía.
Como las grandes sorpresas se reservan para el final de la función, no ignoremos la posible subida de la fiscalidad por las rentas del trabajo ni un golpe impositivo a las empresas, ahora que la mayoría de ellas está sobreviviendo a duras penas en el peor tsunami que podría imaginarse.
La solución para los más de tres millones de trabajadores autónomos, que cada día intentan sobrevivir en el peor contexto que se recuerda, es además un juego con doble baraja. Se les promete una rebaja de las cotizaciones por su actividad de forma que paguen menos cuando sus ingresos sean más bajos, lo que permite al gobierno además vender públicamente la idea de la progresividad de estas cotizaciones: si eres un autónomo rico, cotizas más. Ilusorio y falsario mensaje.
Cotizar ahora menos con esta reforma que se avecina supondrá un duro golpe a la hora de acceder a la prestación por jubilación cuando llegue el momento de calcular la pensión, especialmente si la rebaja de la cotización se ha producido en los últimos años del trabajador. Y no olvidemos que para una parte de este gobierno el autónomo no es un trabajador sino un empresario adinerado.
Eso ocurrirá además de las consecuencias que tiene una disminución de las ventas, que no podrá mitigarse con el beneficio engañoso de la rebaja en la cantidad a pagar ahora. De tal forma que muchos autónomos echan cuentas para mantener sus cotizaciones en un nivel aceptable tirando de sus ahorros y su patrimonio. Lo hemos dicho siempre: la verdadera dualidad del mercado laboral español son las diferencias abismales en derechos entre trabajadores acogidos al RETA y los que trabajan en el Régimen General.
Lo que debe hacer el gobierno es establecer las condiciones necesarias para que la actividad económica fluya, y para que los autónomos puedan moverse en un entorno ágil y competitivo, en lugar de darles la zanahoria de entregar menos dinero al sistema a costa de recibir menos en el futuro. Es la pobreza a la que nos tiene acostumbrados ese modelo social por el que los poderes públicos garantizan que todos seamos iguales en la escasez y la ausencia de oportunidades. Es el ecosistema trasnochado favorito del gobierno de coalición, según el cual de las crisis se sale con un sistema endeudado al doscientos por cien y aplicando cataplasmas sobre verdaderas amputaciones en el cuerpo económico del país, otorgando ayudas tardías y claramente escasas, verdaderas limosnas públicas, a los contribuyentes empobrecidos por la disminución de la actividad productiva. Son los escudos sociales según los cuales es más importante anunciar las medidas de protección pública de la gente, como el Ingreso Mínimo, que garantizar su cobertura mes a mes para aquellos a quienes corresponde cobrarlo.

comentariosforum0WhatsAppFacebookTwitterLinkedin

Source link